Logo Gobierno de Aragón

Goya : El capricho y la invención : cuadros de gabinete, bocetos y miniaturas / exposición realizada por, Juliet Wilson-Bareau, Manuela B. Mena Marqués

Goya : El capricho y la invención : cuadros de gabinete, bocetos y miniaturas / exposición realizada por Juliet Wilson-Bareau, Manuela B. Mena Marqués

RESUMEN : 

El proyecto planteó la investigación y exposición de los cuadros de gabinete, bocetos y miniaturas de Goya, faceta de su pintura poco reconocida, relegada siempre en las exposiciones a lugares secundarios y mezclada con cuadros de grandes dimensiones, perdiendo con ello su auténtico sentido y expresividad. El número de cuadros de este carácter atribuidos a Goya era sospechosamente elevado, formando una masa heterogénea de variado estilo y, en muchos casos, de escasa calidad artística. La exposición deslindó lo que era de mano de Goya de las numerosas imitaciones, a veces muy buenas, realizadas, sin duda, por pintores de una cierta calidad, sentando para el futuro las bases de su estilo verdadero. La selección de las obras, tras un estudio riguroso, histórico-artístico y técnico (radiografías, documentos de rayos infrarrojos, análisis de pigmentos, estudios de los soportes y de las preparaciones, restaurándose un elevado número de cuadros), dio como resultado un «corpus» de ciento doce obras, que muestra la extraordinaria coherencia de su arte: la exigencia con que eligió y preparó los soportes, el modo sutil e inteligente de aplicar la base y la pintura misma, y la técnica especial para lograr los efectos de luz. Los bocetos rápidos, preparatorios para lienzos de altar, eran ejercicios privados del pintor para captar la distribución de las figuras y la luz, como el Prendimiento y las Santas Justa y Rufina. Los retratos íntimos son obras exquisitas y directas, como el Retrato de Asensi (Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid), en los que vibra la personalidad del modelo. Los «borrones» para los cartones de tapices, elaborados con preciosismo dieciochesco para el rey, iniciaron, sin embargo, el camino de la pintura de gabinete. Muchos de los cuadros de colecciones privadas se expusieron por primera vez: la Aparición de la Virgen a Santiago, el Bautismo de Cristo, la Santa Bárbara, ahora propiedad del Museo del Prado, Gato subido a un árbol, Toros en el campo, el boceto del Retrato ecuestre de Godoy. Otros no habían sido vistos en España, como la Corrida de toros (J. Paul Getty Museum, Los Ángeles), pintada en Bur­deos. La serie del marqués de la Romana se había visto por última vez en 1928 y con motivo de la exposición, y tras su limpieza y estudio, se precisó su cronología en torno a 1798, y se aclararon algunos de sus temas, como los relativos al «crimen de la mujer de Castillo». Durante las investigaciones se identificó y estudió el Cuaderno italiano, carnet de Goya de su estancia en Italia, adquirido por el Prado y obra fundamental para entender los orígenes de su arte. Algunos de sus dibujos documentaban por primera vez, con seguridad, obras tempranas de Goya. El núcleo central de la exposición fueron los doce cuadros de «varios asuntos de diversiones nacionales», pintados sobre hojalata y presentados a la Academia de San Fernando en enero de 1794. Surgían de la facilidad de Goya para la representación de la vida cotidiana, interpretada con carácter universal, que había logrado con la práctica de los numerosos bocetos para cartones de tapices. Avanzaban, sin embargo, hacia temas nuevos, en que el ser humano se encontraba en situaciones extremas, como el naufragio, el fuego, la muerte a manos de bandidos, la prisión y la locura. Como los dibujos y estampas, las obras de pequeño formato muestran al Goya más íntimo y libre, de pensamiento crítico y universal y con ellas pudo «hacer observaciones a que regularmente no dan lugar las obras encargadas, en que el capricho y la invención no tienen ensanches».

  • Museo del Prado
  • 1993